PostHeaderIcon 2019-05-31 Charla sobre contaminación lumínica

Hola, compañeros.

El pasado Viernes 31 de Mayo de 2019, el astrónomo Enric Marco nos dio una estupenda conferencia sobre contaminación lumínica.

Abajo, el conferenciante.

La foto introductoria de la conferencia.

Hoy en día, es un hecho, que muchos de los habitantes de la Tierra vivimos en cielos con contaminación lumínica. En la foto de arriba, podemos ver la contaminación provocada por la ciudad de Valencia en Ribarroja (Parque del Turia). El cielo hacia la zona metropolitana de Valencia está perdido para la observación astronómica.

Pero, alguna esperanza queda. Abajo el cielo nocturno en el Lago de San Mauricio. La foto es de Joanma Bullón, que se dedica a fotografiar las cualidades astronómicas de los cielos que va conociendo. Quieren hacer a esa zona reserva «Starlight», lo que es garantía de buen cielo para la Astronomía.

La contaminación lumínica consiste en un exceso de luz por la noche. Conlleva efectos perniciosos en: la ecología, la salud y la cultura. Y, dentro de la cultura, afecta especialmente a la Astronomía.

La contaminación lumínica es relativamente reciente. Hace 100 años no existía. No hay fotos de hace más de 100 años, pero se podía ver el cielo durante la noche en las ciudades. En 1858 se reportó la aparición del cometa Doneti desde París. Otro ejemplo: el 20 de Mayo de 1910 se pudo ver una foto del cometa Halley en New York.

En un cuadro de 1881, antes de la invención de la bombilla eléctrica, se puede ver que tenían cielo nocturno. Solo había lámparas de gas.

 

En esas condiciones, se podía hacer observación astronómica desde las ciudades. Hubo muchos grandes observatorios en las ciudades, que hoy han quedado reducidos a museos. También hay una pérdida de vocaciones de astrónomos.

Hablemos de los observatorios perdidos.

En Madrid, hubo uno. Llegó a tener un telescopio fabricado por Herschel. Desgraciadamente, fue deshecho durante la Guerra de la Independencia por las tropas francesas. Hoy en día, el observatorio nacional está en Calar Alto. En la foto de abajo, el Observatorio Astronómico Nacional, y una reconstrucción del telescopio de Herschel.

En Barcelona, también hubo un observatorio potente. Actualmente, ya no está en funcionamiento. El astrónomo José Comas i Solé  usó este observatorio, y descubrió 11 asteroides, varios cometas, la atmósfera de Titán y vio detalles en algunos satélites de Júpiter. Fue un astrónomo muy popular que escribió varios cientos de artículos de difusión científica, y contra las pseudociencias.

En otros países, ha sucedido lo mismo. En Londres, hay un observatorio por donde pasa el Meridiano de Greenwich. Hoy en día, el observatorio se ha trasladado a Canarias con su telescopio Herschel.

Otro caso es Mount Wilson en California. En los años 40, tenía 100 pulgadas. Con ese telescopio, Hubble y Humason observaron las galaxias y reportaron la expansión del Universo.

Lo mismo le pasó a Monte Palomar. Ninguno de ellos sigue activo hoy en día debido a la contaminación lumínica.

En 1994, se produjo un terremoto en L.A. Se quedaron sin luz. La gente vio una banda blanca en el cielo, y se asustó. No sabían que estaban viendo la Vía Láctea. Antes, la gente tenía este referente cultural.

Hablando de cultura astronómica aquí en España, se puede citar este refrán de Aragón: «Las cabrillas a la Sierra, los pastores a su tierra». Se refiere a las Pléyades. Se usaban las estrellas como indicador meteorológico.

También ha habido cultura astronómica en Valencia. Un ejemplo, el escritor Blasco Ibáñez. En su libro «Cañas y barro» hay muchas referencias astronómicas. Se podía ver un cielo oscuro en la Albufera.

 

Hoy en día, los observatorios han de huír de las ciudades. ¿Dónde situarlos? Para ello se usan datos de satélites. Hay una página de Internet llamada:

lightpollutionmap.info

Tiene datos sobre las zonas oscuras en nuestro planeta. Es un atlas mundial sobre contaminación lumínica.

Como curiosidad, comentar que la zona de Corea del Norte carece de contaminación lumínica. Pero su vecina, Corea del Sur está toda iluminada. Incluso los caladeros de la pesca del calamar presentan cielos brillantes.

En Chile, hay varios observatorios. Uno de los más antiguos es el Observatorio de la Silla. A 50Km pasa la carretera interamericana, que ilumina parte del cielo.

Durante los últimos años las ciudades chilenas han crecido luchando contra los cielos oscuros. Desde los años 90 tienen regulaciones sobre el tema. Hace apenas unos días, han sacado una nueva ley sobre el tema, que se puede ver en el periódico «El Mercurio».

Atacama también tiene un cielo oscuro, pero molestan luces en el horizonte.

En nuestras antípodas, tienen el Siding Spring Observatory Australia. Pero molestan las ciudades a más de 100Km y las minas de carbón.

Citemos dos observatorios españoles: uno, Calar Alto; otro, el de Aras. En Almería, tienen la ciudad al lado, y el horizonte está muy contaminado. En Aras, el Sureste está contaminado por Valencia.

La charla fue discurriendo agradablemente, y nos mantuvo entretenidos. Ahí van unas fotos de la sala.

 

Abajo, una comparación del cielo nocturno entre la actualidad, y un cuadro de Van Gogh.

La luz no es la única enemiga de la Astronomía. Recientemente, los satélite artificiales se han unido para dar quebraderos de cabeza a los astrónomos. La compañía Space X de Elon Musk ha lanzado 60 satélites. Con la idea, de llegar a poner en órbita 12000 satélites. Esto va a dar muchos problemas para los astrofotógrafos.

Para finalizar la charla, Enric nos habló de la Declaración de la Palma para regular la contaminación lumínica.

Jordi agradeció, en nombre de la AVA, a Enric su estupenda charla.

 

 

 

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